lunes, 31 de marzo de 2014

EL TRIUNFO DE SANTOS ESTÁ VERDE, por Emiliano Guido (para "Miradas al Sur" del 23-03-14)

Miradas al Sur. Año 7. Edición número 305. Domingo 23 de Marzo de 2014


Colombia. A dos meses de las elecciones presidenciales, una inesperada arremetida en las encuestas del candidato por Alianza Verde, Enrique Peñalosa, pone en jaque la reelección del primer mandatario colombiano. 

Al Jefe de Estado colombiano, Juan Manuel Santos, la última encuesta importante sobre la intención de voto para los comicios presidenciales del 25 de mayo le cayó en su estomago peor que una declaración picante de su archirrival Álvaro Uribe contra su persona o que un desentendimiento de la guerrilla Farc con el proceso de paz desarrollado en La Habana. Ninguno de los asesores del bunker oficialista había estimado que el candidato por la Alianza Verde, el ex Alcalde de Bogotá Enrique Peñalosa, iba a medir mejor en los sondeos que el primer mandatario en una hipotética instancia de ballottage. Hasta el momento, el Palacio Nariño tenía enfocada su campaña en promocionar como principal capital político de la gestión gubernamental el histórico diálogo emprendido con los herederos del comandante Tirofijo. Una inesperada y arriesgada decisión de Santos –sorpresiva por su rol como ex ministro de Defensa de Uribe– que, además de poder terminar con el longevo conflicto armado doméstico, estaba colocando a Santos en una indiscutida pole position frente al resto de los dirigentes políticos que también ambicionan gobernar Colombia durante los próximos cuatro años.
Por otro lado, el santismo se siente descolocado por la arremetida verde en las simpatías de la opinión pública, ya que este nuevo escenario desbarata el plan original de polarizar la elección con la extrema derecha uribista. Por ejemplo, dos días antes de que la firma Datexco, en un trabajo encargado y divulgado por el influyente diario El Tiempo y la emisora radial La W, advirtiera que en una segunda vuelta electoral el 40,4% de los votos sería para el ex alcalde bogotano y el 37,1 para el actual mandatario, el presidente Santos otorgó una extensa entrevista a El Tiempo donde todos sus dardos estuvieron dirigidos al uribismo –luego de su buen desempeño en los recientes comicios legislativos– y, en ningún párrafo del reportaje, el primer mandatario se detuvo a criticar o a esmerilar el perfil de Peñalosa. “Ojalá que todos podamos ver el Mundial de fútbol tranquilos, sin necesidad de tener que meterle a los ciudadanos la presión de una segunda vuelta electoral”, intentó Santos mostrarse seguro de su victoria en la entrevista señalada. Horas después de su declaración, los fríos números de los encuestadores mostraban que, por el momento, su reelección aún está verde.
Pero, ¿quién es Enrique Peñalosa, la gran sorpresa de la campaña política caribeña? Según los medios colombianos, Peñalosa está posicionado en el electorado como el “mejor alcalde de Bogotá” de las últimas décadas. Prolijo y honesto en la gestión, innovador en las medidas para democratizar el espacio público, portavoz de un relato político centrista: conservador en el capítulo económico, progresista en el segmento social. En definitiva, un dirigente multiusos para contentar a los distintos nichos ideológicos de los sectores urbanos. Para la Alianza Verde, un partido que con su retórica ecologista y moderna intentó en los últimos años romper el histórico bipartidismo local protagonizado por Conservadores y Liberales, Peñalosa es su carta perfecta pero, para el oficialismo, es un dolor de cabeza porque su packashing político es demasiado parecido al nuevo envoltorio publicitario de Juan Manuel Santos.
“Uribe siempre quiso negociar con la guerrilla, pero fracasó. Y el clic ocurrió cuando avanzamos lo suficiente en la parte militar para poder concluir que las condiciones del diálogo estaban dadas. Ahora, para el ex presidente soy un traidor por buscar la paz con las Farc. Pero, se equivoca Uribe, mis banderas no son de izquierda ni derecha. Yo soy del extremo centro, de la tercera vía”, advierte Santos y busca mostrarse equidistante de todos en el amplio menú electoral local, condimentando por el sello neouribista Centro Democrático y por la histórica unidad de la izquierda, pactada días atrás entre el Polo Democrático –que gobierna Bogotá– y la Unión Patriótica –de aceitados vínculos con las Farc–. La oferta del presidente es interesante. Durante su administración, el jefe de Estado logró reescribir su historia y su ascenso en la política como mano derecha de Uribe ya es, prácticamente, parte del pasado para los cotidianos análisis de la prensa caribeña. Eso sí, autopromocionarse como la tercera posición nacional, ya sea utilizando o no las tesis defendidas por el ex primer ministro británico Tony Blair, también está incluido como uno de los sabores del plato político vendido por el políticamente correcto Enrique Peñalosa. “En las entrevistas, después de su victoria, ha declarado que no es antisantista ni antiuribista ni antipetrista (por Gustavo Petro, alcalde de Bogotá), sino pro Colombia. Ése es un posicionamiento electoral que a veces funciona y a veces no, pues se expone a que le critiquen como a Santos la obsesión de quedar bien con todo el mundo. A su favor, no obstante, está el hecho de que esa filosofía funciona más en las elecciones que en el gobierno”, interpretó, por ejemplo, el último jueves la revista Semana en un artículo titulado “Peñalosa resurge de las cenizas”.
Evidentemente, el candidato verde modificó los colores de una campaña electoral que, hasta su emergencia en los sondeos de opinión, venía siendo bastante gris. Ninguna de las fórmulas políticas instalaba ejes de debates interesantes o novedosos. Y si bien estaba descartado que el presidente Juan Manuel Santos pudiera ganar en primera vuelta –porque la ley electoral fija un techo alto del 50% más uno de los votos–, la perspectiva de su triunfo electoral era considerado como un hecho irreversible entre los analistas. “¿Por qué son las elecciones más aburridas de la historia colombiana?”, se había atrevido a titular, en ese sentido, el diario bogotano El Tiempo a principios de este mes. Recapitulando, el ex alcalde bogotano le puso clima de suspenso a los comicios de mayo pero eso no impide que el fulgor de su estrella tenga varios denominadores en común con el anterior candidato verde, el irreverente académico Antanas Mockus, cuya luz también encandiló a todos en la última compulsa electoral pero, finalmente, el día del comicio, su desempeño en las urnas fue opacado por el aparato electoral del actual jefe de Estado.
“¿Tendrá Enrique Peñalosa posibilidades de llegar a la segunda vuelta y poner en peligro la reelección de Juan Manuel Santos? No va a ser fácil. El antisantismo une a muchos pero no despierta el entusiasmo que despertó la ola verde de Mockus. Por ahora, Peñalosa se perfila más como un candidato viable que como un fenómeno electoral. Y si algo ha demostrado la historia reciente de Colombia es que los candidatos que sólo tienen opinión sin maquinaria nunca llegan a la cima. Peñalosa tiene opinión, pero prácticamente nada de maquinaria para la primera vuelta y muy poca si llega a la segunda”, aporta datos y traza paralelismos con la historia reciente del país el periodista colombiano León Valencia. Además, según Valencia, el primer mandatario colombiano aprovechó el tiempo de su gestión para lubricar la incidencia territorial de los jefes distritales que dependen del presupuesto decidido en la oficina más trascendente del Palacio Nariño. “Al respecto vale la pena recordar la experiencia de la última elección presidencial. Hasta los últimos días, Juan Manuel Santos y Antanas Mockus estaban empatados en las encuestas. Sin embargo, el primero tenía toda la maquinaria y el segundo prácticamente nada. En el momento de la votación, Santos obtuvo 9 millones de votos y Mockus apenas 3,5. El presidente hoy por hoy no es el hombre de los 9 millones de votos, pero Peñalosa tampoco es Mockus. La única constante es que Santos tiene todavía la maquinaria”, concluye el columnista de la revista Semana.
En ocho semanas se sabrá, finalmente, quién es el patrón de las urnas colombianas. Mientras tanto, la campaña cobra ritmo. Juan Manuel Santos intenta agigantar su figura como estadista y al proceso de diálogo abierto con las FARC amaga sumarle un bonus track pacifista de alcance regional. Concretamente, los medios oficialistas están dando a entender que el jefe de Estado promueve una mediación internacional de ex Jefes de Estado sudamericanos para interceder en la crisis política venezolana. Según la idea de Santos, los brasileños Luiz Inácio Lula Da Silva, Fernando Henrique Cardoso y el local César Gaviria deberían estar en los próximos días en Caracas para convencer al presidente Nicolás Maduro de aceptar algunas demandas de la oposición. Si la iniciativa de Juan Manuel Santos no madura y queda verde, los dirigentes políticos colombianos como Enrique Peñalosa lamentarán públicamente el fracaso en aquietar los ánimos políticos en el vecino país. Pero, íntimamente, el candidato de Alianza Verde percibirá que la posibilidad de dar el batacazo en las urnas no es puro realismo mágico.

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 http://sur.infonews.com/notas/el-triunfo-de-santos-esta-verde

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