Arquero. Keylor Navas, de la selección de Costa Rica, un ídolo de su tierra.
Los goles de la Suiza de Centroamérica.
Costa Rica se transformó en la revelación del Mundial de Brasil. Cómo es este país que no tiene ejército y que es una nación democrática por excelencia. Playas, plata y fútbol.
No sólo la Suiza europea tuvo su protagonismo agónico en el Mundial
2014. También jugaron o juegan hasta matar o morir en el campo de la
Copa FIFA brasileña las Suizas sudamericana y centroamericana. Que así
se ha llamado al Uruguay y a Costa Rica. Dos naciones pequeñas en su
superficie –para los estándares hemisféricos–, con una historia
centenaria de moderación política y desarrollo humano, que con los años
se destacaron por las grandes sorpresas que dieron, al concierto de las
naciones, por el buen éxito de sus selecciones futbolísticas. Si en 1950
los uruguayos se quedaron con la Copa mundial gracias a un imprevisto
Maracanazo, en 2014 le tocó sorprender a los “ticos”, que llegaron a los
cuartos de final. Por detrás de uno y otro triunfo, una tradición
acumulativa de esfuerzo, empeño, ahorro y apuesta de gobiernos de
centroizquierda que buscaron la estabilidad en regiones una y otra vez
convulsas.
Moderación o muerte.
“Una sociedad amortiguadora”, había llamado al Uruguay en 1973 el gran
sociólogo oriental Carlos Real de Azúa. Con mismo espíritu crítico y
setentista, el novelista británico Graham Greene había dicho que “los
quieren difamar a Suiza dicen que Costa Rica se le parece”. Uno y otro
intelectual, de proclividades izquierdistas, se impacientaban por esas
dos naciones pequeñas, que habían sabido tener sistemas bancarios
seguros (y con promesa de secreto), y una preferencia por el
moderantismo político. En el caso de Costa Rica, el pacifismo (hay que
decir que bajo la sombra de la protección de Estados Unidos) llegó al
punto de suprimir al ejército en la Constitución de 1949 para
remplazarlo por una Guardia Nacional. Coherentes con la
desmilitarización, en 1983, cuando toda América Central ardía en guerras
de liberación nacional y en enfrentamientos con los contras financiados
desde Washington, Costa Rica se proclamó por encima del conflicto,
adoptando el estatus de nación neutral. No es casual que el presidente
costarricense Óscar Arias recibiera en 1987 el Premio Nobel de la Paz,
en especial por su mediación entre los sandinistas nicaragüenses y las
fuerzas paramilitares contrarrevolucionarias.
Bancos y neutralidad. Si
el Uruguay tiene una superficie (176 mil km2) superior a la de Costa
Rica (51 mil km2), sus tres millones y medio de habitantes son menos que
los cinco millones de ticos que vibraron con los triunfos del equipo
que tiene al arquero Keylor Navas como su estrella y su baluarte. Y si
el sistema bancario de Montevideo fue mayor (o más exitoso en la
captación de depósitos de potencias aledañas como Brasil o Argentina)
que el de San José de Costa Rica, los ticos fueron más “helvéticos” en
su neutralismo a ultranza –no hubo en su interior una lucha armada como
la de los tupamaros, con la consecuencia de que un ex militante, como
José “Pepe” Mujica, sea hoy el primer mandatario nacional. Una y otra
nación tienen por detrás historias económicas signadas por la venta de
commodities y por el turismo de sus playas atlánticas o bioceánicas.
También, por saber diversificar sus exportaciones más allá de las carnes
y de los cereales o del café y las bananas.
El triunfo de la voluntad.
Pese a la alarma causada por la revelación de que Keylor Navas sufre
una pequeña lesión, Costa Rica aseguró que el arquero del equipo jugará
ante Holanda el sábado. De un modo no incoherente con la percepción que
desde el exterior se tiene de su ideología, apeló al “doping legal de la
mente” para superar el cansancio con fuerza de voluntad. La revelación
del preparador físico de la selección costarricense, Erick Sánchez,
desconcertó a los periodistas que abarrotaban la pequeña sala de prensa
del estadio del Santos, lugar de entrenamiento de Costa Rica. El
preparador físico costarricense había cometido un desliz, aunque minutos
después aseguró que la fuerza de voluntad de los jugadores permite al
equipo seguir soñando con cotas más altas de las ya logradas, con vencer
a Holanda y alcanzar las semifinales. “Pero la fortaleza mental de este
equipo está por encima de cualquier cosa, como se vio contra Grecia; el
plus que pone el corazón, ese doping legal de la mente y del corazón,
está por encima del rendimiento físico del jugador”, aseveró Sánchez.
Ganar la carrera.
“Una persona que está preparada académicamente tiene ese grado de
madurez para valorar y saber separar en su momento una presión, un
problema y cuándo tiene que ser eficiente y responsable en el trabajo
que le tienen asignado”, explicó Luis Gabelo Conejo, héroe de la Costa
Rica que maravilló al mundo en el Mundial de Italia 90. Fue antes del
partido del domingo ante Grecia, y en la cancha los jugadores le dieron
la razón. A pesar del cansancio de 120 minutos de juego y de haber
estado mucho tiempo en inferioridad numérica, anotaron los cinco penales
con un aplomo “de libro”. “De estos chicos, varios son profesionales
académicamente y el 95 por ciento está estudiando una carrera
universitaria”, dijo Conejo. “Cuando uno estudia, inclusive leer, esas
cosas ayudan a estar supercognitivo para poder acatar instrucciones,
aprender cosas nuevas de la formación y esas cosas son muy importantes.
También hemos entrenado muchísimo y eso ayuda. Ya hemos pasado por eso,
ya sabemos lo que hay que hacer, así que estamos tranquilos”, aseguró el
centrocampista Celso Borges, que anotó el primer penal. La moderación
otra vez: aunque no hay fórmula científica o manual con que controlar el
azar del fútbol, al menos la formación y el trabajo ayudan para tener
todas las respuestas el día del examen.
La cruzada por los niños migrantes
Reunidos
en el balneario de Punta Cana para la cumbre del Sistema de Integración
Centroamericana (SICA), los gobiernos de Costa Rica, Guatemala, El
Salvador y Honduras exigieron respeto al presidente Barack Obama para
los derechos humanos de decenas de miles de niños que migraron a los
Estados Unidos. Para ello, plantearon como principio de solución una
“reunificación familiar”. La situación de ellos es penosa, en especial
cuando permanecen en estado de “repatriación”. Ya lograron pasar la
frontera unos 52 mil menores indocumentados, solos, o en pequeños
grupos, pero sin sus padres. Y esto sólo en el período desde octubre de
2013 hasta lo que va de 2014, en números que doblan a los del año
anterior. Y además se ha interceptado a otros 10.500 niños y
adolescentes migrantes de camino a la frontera de Estados Unidos con
México, en viajes tortuosos y peligrosos para su salud y aun su
supervivencia. Como ha venido informando la prensa en las últimas
semanas, la mayoría de estos menores proviene de países de América
Central. “Que cada caso sea tratado en su individualidad, en respeto a
los derechos de la niñez migrante, favoreciendo la reunificación
familiar”, dijo en la cumbre el presidente hondureño, Juan Orlando
Hernández. El mandatario de El Salvador, Salvador Sánchez Cerén, pidió
que Estados Unidos ofrezca “condiciones dignas” en hoteles del
territorio norteamericano, y que “Obama apoye, impulse y logre la
reunificación familiar”. El presidente guatemalteco, Otto Pérez Molina,
pidió que “Estados Unidos atienda esta emergencia, protegiendo los
derechos de los menores y privilegiando el interés superior del niño y
la reunificación familiar”. El problema “refleja una de las tragedias
más grandes de nuestra región, que debe ser atendida con dedicación y
compromiso”, resumió el nuevo presidente de Costa Rica, Luis Guillermo
Solís.
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